lunes, 11 de julio de 2011

Marisma

Fue locura pensar que juntos podríamos transitar la vida.
Mi rico y fértil suelo, pleno de sedimentos, de aguas dulces y claras no consideró que tu llegada, con el salitre salvaje no tuviera inherencia en nuestros sueños de un futuro compartido.
Creímos que podríamos igualarnos a una marisma y como ella, amortiguar y minimizar nuestras diferentes corrientes.
Ya lo ves, no fué así. No sirvieron ni tan siquiera las vetas para evitar el naufragio.
Pereció nuestro amor, ahogado.

2008

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